SOBRE EL AUTOR

Diego Méndez
Diego Méndez es estudiante de Periodismo, UNIACC. Pasante de Radio UNIACC.
El 18 de septiembre se acerca rápidamente. En Radio UNIACC queremos celebrar esta fecha recordando uno de los libros más importantes del canon literario chileno: El obsceno pájaro de la noche.
La considerada obra cumbre de José Donoso está rodeada de misticismo, inquietud, dudas y enigmas, tanto en sus páginas como en su gestación. Publicada en 1970, la novela apareció en pleno auge del llamado “boom latinoamericano”. Con títulos como Cien años de soledad de Gabriel García Márquez o Conversación en La Catedral de Mario Vargas Llosa ya instalados en el panorama, el libro de Donoso pasó más desapercibido, algo a lo que el autor no era ajeno. Con el tiempo, sin embargo, la crítica y escritores de la actualidad han reivindicado su influencia. En 2024, el también chileno Alejandro Zambra escribió el prólogo de la edición de Alfaguara: “Porque la representación magistral y minuciosa y excesiva, personal y coral, delirante y razonada, del fracaso humano es, por supuesto, el triunfo más radical, el triunfo mayor de esta novela feroz”.

Como otros libros del boom, la obra se apoya en el exceso: de lenguaje, de saltos temporales, de la mezcla entre poética y narrativa. Pero donde esta novela se distingue con mayor fuerza es en su exploración de la locura.
Donoso confesó en varias ocasiones —una de las más recordadas en la entrevista con Joaquín Soler Serrano para TVE en 1976— que escribir El obsceno pájaro de la noche fue una lucha constante contra sí mismo y contra sus ataques de úlcera. Tras dar por perdido el libro, se marchó a Estados Unidos como profesor. Allí los dolores se agudizaron y terminó hospitalizado. Ignorando su alergia, le administraron morfina. Las alucinaciones y ataques de violencia lo llevaron incluso a usar camisas de fuerza. Sobrevivió a la úlcera y a la locura, y en apenas ocho meses terminó la novela.
Ese episodio biográfico late en las cuatrocientas cuarenta y nueve páginas del libro. El autor encarna a El Mudito, un personaje que pierde la voz, la identidad y se disuelve en múltiples máscaras, como la del imbunche: símbolo del desamparo y de la deformidad espiritual. Donoso retoma las estrategias del boom, pero las lleva al límite: una inquietud casi insoportable, un delirio inasible, una perversión inquietante. Ahí radica su triunfo: con cada línea parece a punto de asfixiarte, pero no lo hace. Y sigues leyendo.
¿Sobre qué canta este pájaro? De la pérdida de identidad y de humanidad; de la locura y del trato más perverso; de cómo el encierro impuesto puede convertirse en encierro asumido. Es una de las melodías más obscenas y nocturnas que puedes escuchar/leer.

No te voy a mentir: a veces no entiendes qué está pasando; a veces quieres abandonar el libro; a veces las náuseas te obligan a cerrar los ojos. Es un texto hermético y masoquista. Es cruel no solo con sus personajes, sino también con el lector. Pero el sufrimiento que nos impone Donoso tiene recompensa: junto al horror y la dificultad de la lectura, aparece una belleza y una historia únicas. Y al terminarlo, sientes que comprendes mejor al ser humano en todas sus facetas.
El mayor logro de esta obra es darle la vuelta al boom. Mientras García Márquez o Vargas Llosa usaban el lenguaje para embellecer, Donoso lo hace para inquietar, para empujar al caos de este mundo barroco e imposible. Arrastra al lector a la marginalidad, a la reclusión, a la monstruosidad y le recuerda que, muchas veces, los que se creen “normales” son los monstruos más crueles. Cada cada página lo adentra un poco más en la vida de las viejas de la Casa de la Encarnación de la Chimba, de los seres deformes de la Rinconada. Tanto que, al cerrar el libro, no sabe si es él mismo o una de las máscaras de El Mudito. Quizás ni siquiera era su historia.
Lo importante es que el pájaro sigue volando. Si quieres una manera distinta de pasar estas Fiestas Patrias, échale una ojeada a este libro. Con todo lo que eso implique.